Hoy, el Primer Ministro japonés Junichiro Koizumi ha visitado una vez más al Santuario Yasukuni donde se venera a los criminales de guerra de la clase A de la Segunda Guerra Mundial. El Gobierno Chino expresa su enérgica protesta contra este acto que hiere gravemente los sentimientos de los pueblos de los países víctimas de la guerra de agresión del militarismo japonés y que socava la base política de las relaciones chino-japonesas.
Los criminales de guerra de la clase A de la Segunda Guerra mundial venerados en el Santuario Yasukuni son aquellos que fraguaron y dirigieron la agresión militarista japonesa al exterior y principales causantes de grandes calamidades para Asia y el mundo en la historia contemporánea. Haciendo caso omiso de las preocupaciones y la oposición de la comunidad internacional, de los países vecinos asiáticos y del pueblo japonés, el Premier Koizumi se obstinó en visitar al Santuario Yasukuni, en que se venera a los arriba citados criminales de guerra, lo que constituye una desafío a la justicia internacional y un pisoteo contra el conocimiento intuitivo de la humanidad.
China es el país más afectado por la guerra agresiva exterior perpetrada por el militarismo japonés. El pueblo chino sufrió mucho en la guerra de agresión perpetrada por el Japón. Conocer y tratar esta historia de manera correcta es la base política de reestablecimiento y desarrollo de las relaciones sino-japonesas de postguerra y también la premisa importante para encarar conjuntamente el futuro para los dos países. Al herir una y otra vez los sentimientos del pueblo chino en los problemas dejados por la historia, el Premier Koizimi no sólo se desacredita ante la comunidad internacional, sino que también se desacredita ante el pueblo japonés y perjudica a la imagen nacional e intereses del Japón.
Salvaguardar el sano desarrollo de las relaciones entre China y Japón concuerda con los intereses fundamentales de los dos pueblos y está a favor de la paz y estabilidad en Asia y el mundo. El Gobierno y pueblo de China, junto con todos los políticos japoneses que aprecian la amistad sino-japonesa y trabajan por ella y con el pueblo japonés, hará esfuerzos infatigables por la coexistencia pacífica entre los dos países, por la amistad de generación en generación, por la cooperación de beneficio recíproco y por el desarrollo conjunto, sobre la base de los tres documentos políticos cardinales sino-japoneses y con el espíritu de "tomar la historia como referencia y dar cara al futuro". Estamos seguros de que las personalidades perspicaces de los diversos círculos sociales del Japón se dedicarán a eliminar los obstáculos políticos e impulsar las relaciones sino-japonesas a retornar cuanto antes la órbita de desarrollo normal.
