En la tarde del 16 de diciembre de 2019, hora local, el Consejero de Estado y Ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, pronunció un discurso en la reunión de intercambios entre medios y tanques pensantes europeos celebrada por el Centro de Política Europea.
Wang Yi dijo que en los últimos años, con el rápido desarrollo de la economía de China, algunos amigos europeos creen que China ya es un país desarrollado, y comienzan a medir a China con los estándares de los países desarrollados, e incluso propusieron la "igualdad" para todas las cosas. Pero como si fuera una carrera de 100 metros, un jugador ya ha corrido 50 metros, pero exige la igualdad al jugador que acaba de correr, lo que obviamente no es razonable. Por supuesto, si se trata de un maratón, puede haber más tiempo para los corredores que salen más tarde, creo que mientras se esfuerzan, puedan tener la oportunidad de alcanzar y superar.
Lo que quiero decir es que China sigue siendo un país en desarrollo. Aunque la escala económica ha ocupado el segundo lugar en el mundo, el PIB per cápita es solo 1/6 del de los Estados Unidos y 1/4 de la Unión Europea. El índice de desarrollo humano también se ubica en un puesto detrás del 80 en el mundo. El nivel de ciencia, tecnología y educación todavía tiene una brecha significativa en comparación con los países desarrollados. Los problemas de desequilibrio e insuficiencia del desarrollo siguen siendo notables, y el proceso de industrialización aún no se ha completado. Por lo tanto, de cualquier manera, exigir la "igualdad" a un país que apenas ha desarrollado varias décadas por un país que ya se ha desarrollado durante cientos de años es en sí mismo una "desigualdad".
Wang Yi dijo que hay un antiguo poema en China: "Mirando de cerca o de lejos, horizontal o verticalmente las montañas, la sensación de la altura es diferente". Esto significa que observar cosas desde diferentes ángulos conducirá a diferentes conclusiones. Si miramos a China desde la perspectiva de un país en desarrollo con una actitud de buscar la verdad en los hechos, se presentará un paisaje extremadamente hermoso. China no solo ha logrado grandes éxitos en su propio desarrollo, sino que también ha contribuido al mundo mucho más que otros países. Por ejemplo, en términos de crecimiento, la contribución de China al crecimiento económico global se ha mantenido por encima del 30% durante más de 10 años, convirtiéndose en la principal fuente de crecimiento económico mundial. En términos de apertura, China ha sobrepasado sus compromisos cuando entró en la OMC. El arancel promedio se ha reducido hasta el 7,5%, excediendo a todos los principales países en desarrollo, y se está acercando al nivel de los países desarrollados. En términos de entorno empresarial, en el ranking publicado por el Banco Mundial, China ha progresado rápidamente en los últimos dos años pasando del puesto 47º y al puesto 31º y convirtiéndose en la economía que registra mayor mejoramiento en el mundo. En términos de reducción de emisiones y protección del medio ambiente, el aumento de la reforestación de China en los últimos 20 años representó más del 25% del total mundial. En 2018, la intensidad de emisión de carbono de China disminuyó en un 45,8% en comparación con 2005, y su compromiso con la comunidad internacional se cumplió con antelación. En términos de cooperación internacional, China se ha convertido en el segundo mayor contribuyente de la cuota de la ONU y de sus gastos de mantenimiento de la paz, y tiene el mayor número de fuerzas de mantenimiento de la paz entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. ¿Acaso un país en desarrollo tan ascendiente y con tantas contribuciones al desarrollo y al progreso humano no debería ser bien recibido y reconocido por Europa y la comunidad internacional?
