El 5 de enero de 2024, el miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, asistió a una recepción para conmemorar el 45.º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos en Beijing. Wang Yi expuso las tres lecciones aportadas por la trayectoria de desarrollo de las relaciones entre China y Estados Unidos durante los últimos 45 años.
En primer lugar, la paz es la piedra angular más fundamental de las relaciones entre China y Estados Unidos. Como el mayor país en desarrollo y el país desarrollado más grande del mundo, respectivamente, China y Estados Unidos representan una cuarta parte de la población mundial y más de un tercio del volumen económico total del mundo. La ausencia de conflicto o confrontación entre los dos grandes países es en sí misma el más importante dividendo de la paz para la humanidad. Al mismo tiempo, siendo miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), China y Estados Unidos asumen trascendentales responsabilidades respecto a la paz y la seguridad mundiales y deberían demostrar el estilo y desempeñar el papel que conlleva su condición de grandes países.
En segundo lugar, la cooperación es la opción más correcta para que China y Estados Unidos se lleven bien. En las últimas décadas, ya sea en la lucha contra el terrorismo y la respuesta a la crisis financiera internacional, o en la lucha contra la enfermedad del Ébola y la solución política de cuestiones candentes, todo el mundo ha visto la fuerza de la cooperación entre China y Estados Unidos. En las circunstancias actuales, los intereses comunes entre los dos países no han menguado, sino que se han incrementado, y la necesidad de cooperación entre los dos países no ha disminuido, sino que se ha vuelto más fuerte. Se puede decir que la cooperación entre China y Estados Unidos, para ambos países y el mundo entero, ya no es una interrogante que se pueda rehusar de contestar, sino más bien una cuestión que debe abordarse con seriedad.
En tercer lugar, la ganancia compartida es la característica más esencial de los intercambios entre China y Estados Unidos. El comercio bilateral de casi 760.000 millones de dólares estadounidenses y la inversión bidireccional de más de 260.000 millones de dólares estadounidenses entre China y Estados Unidos reflejan en profundidad la sumamente complementaria estructura económica de los dos países, su profunda conexión en las cadenas industriales y de suministro globales, así como sus intereses compartidos en el desarrollo común. Este es el resultado inevitable de la división industrial internacional del trabajo en el contexto de la globalización, es una elección racional de los círculos económicos de ambos países y una orientación natural hacia la complementariedad de intereses entre ambas partes. La cooperación mutuamente beneficiosa entre China y Estados Unidos es como un río caudaloso que fluye hacia el mar. Buscar el desacoplamiento e imponer el bloqueo, que va en contra de la corriente, sin duda generará más pérdidas que ganancias y se perjudicará a sí mismo.
